Manos de topo. Alegría patética

Hoy me he levantado algo triste. Ya sabéis, esa sensación de no tener un lugar en el mundo, o el maldito pensamiento de que estoy cerca de los treinta y lo más parecido a una relación que tengo en mi vida es evitar los arañazos de mi gata por las mañanas. O sea que no tengo ganas ni de prepararme un café. Y yo amo el café. Entre otras cosas.

El tema es que con esa sensación de eterna insuficiencia en el cuerpo me pongo el primer disco de manos de topo Ortopedias Bonitas.



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He leído numerosos artículos en los que critican a este grupo barcelonés. Dicen que compararlos a Niño Gusano o Señor Chinarro es una falacia, pero si son ellos los que los comparan… Dicen que nunca podrían crear melodías y arreglos musicales como estos últimos. Dicen que la voz irritante y llorona de Miguel Angel, cantante y guitarrista del grupo, sólo funciona en una primera escucha y que es ahí donde reside la limitación del grupo. En mi opinión es absurdo es comparar a Manos de topo con Sr. Chinarro o con Niño Gusano. Dudo que el sentido del humor con el que hacen las cosas Manos de topo se encuentre en la aspiración musical de estos últimos. De todas formas si hablamos de referencias a mi Manos de topo tal vez me recuerdan a Golpes Bajos, grupo vigués de los 80, por los tecladitos y en ocasiones incluso por la voz, aunque Germán Coppini fuese menos histriónico y el sonido ochentero, crudo y metálico de Golpes Bajos se transforme aquí en un sonido más en la onda de Radio 3.


Miguel Ángel (Manos de topo) dijo en una entrevista que quería que la gente cuando escuchase el disco se preguntase: ¿quiénes son estos hijos de puta?. Es decir, ni pretensión musical ni mierdas. Estos tíos han aprovechado una genial idea. Patetismo en sus letras, exageración y parodia en la voz y pop facilón. Y lo están haciendo muy bien. Canciones como “Es feo” con letras como “y que te vayas con otros que no hacen ni la mitad por ti es feo/ y que te acuestes con otros que no hacen ni la mitad por ti es feo” hacen que me ría mientras estoy pensando, cojones, eso lo he pensado yo alguna vez y resulta patético, y es feo. Y os lo agradezco Manos de Topo. Porque lo que más me deprimiría en mi vida sería ponerme un grupo como La habitación roja mientras estoy de bajón, no sé, llamarme raro, pero me dan ganas de asesinar a alguien cuando escucho eso de “no tengo la culpa de ser un hijo de los tiempos modernos. Mira lo que hago, ya no te necesito, éste ya no es mi sitio”. Y eso a pesar de que Jorge Martí haga unas melodías de voces formidables. Y espero que se capte la ironía.

Es feo

Su segundo disco El primero era mejor, y aunque a mí personalmente me guste más el primero, mejora las composiciones, introduciendo nuevos arreglos, como los vientos de “qué me pasa doctor” y guitarras en general mucho más cuidadas. De todas formas no creo que su intención sea crecer mucho, musicalmente hablando.




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En este segundo disco su fórmula es la misma. Reírse de sí mismos y de la gente en general. Porque Manos de topo parecen reirse de ese mundo que los ha encumbrado como una de las revelaciones pop de españa de los últimos años, porque desgranan el dramatismo típico del pop, la actitud adormecida de tantos grupos que practican pop y que sobre el escenario se comportan como si sus chicas estuviesen en la tercera fila enrollándose con cuatro modernos más guapos que ellos (cosa que por otro lado puede que sea así). Porque Manos de topo parecen reirse de la generación de las gafas de pasta y el flequillo, de la generación del lucky strike, se ríen del amor, del pop y de la música en general. Y me gusta. Me resulta gratificante pensar en que hay gente que hace las cosas con sentido del humor y que no se sube al autobús de un estilo de moda y que parece estar cayendo en un nicho de dudosa calidad musical en el que todos los grupos suenan de la misma manera. Es indudable que el pop es bonito en ocasiones. Pero no sólo tiene que ser bonito. Tiene que ser bueno. Lo que ocurre con Manos de topo es que parece que no pretenden ni lo uno ni lo otro. O sea que si alguien quiere un grupo para echarse a llorar, de ellos digo, y que no llega a sus propias pretensiones, que eche un vistazo al otro grupo que mencionaba antes en este insustancial artículo.

Sigilo Nipples