martes, 6 de julio de 2010

Crónicas del Azkena Rock 2010: Resumen

A continuación les dejo un breve resumen, bastante sesgado y completamente subjetivo, de los conciertos que vi en el Azkena Rock 2010 y sobre aquellos grupos que por un motivo u otro han permanecido en mi retina. Hay algunos grupos que no aparecen, o porque no los recuerdo o porque no los vi. Intenten ustedes recordar todo lo que ocurre en un apocalipsis festivo y sonoro. Seguramente no puedan. Seguramente sólo recuerden las llamas, el ruido y a aquella chica de la primera fila. O sea que haré lo que pueda.

JUEVES

The Jim Jones Reveu.- Más flojos de lo que esperaba. Imaginaba más fuerza y más rock pasado de vuelta. Todo se quedó en la intención. Tal vez el horario jugó en contra. Nos quedamos con ganas de saber que habría pasado si hubiesen tocado de noche con el público más caldeado.

Kitty Daisy & Lewis.- La familia Durham hizo que empezáramos a mover el culo. Baterías de bombo y caja, ritmos blues, jazz... y rock de fumar en el porche del rancho. Mucho boogie. Me sobró el viejete negro de la trompeta que convirtió el concierto en una especie de encuentro-jam reggae e incluso ska.

Airbourne.- Una copia de AC/DC. Aún así una buena copia. Lo mejor su escenografía: unos 50 amplificadores puestos en forma de muro a ambos lados de la batería. Daría un brazo por conectar Dick Dale a toda hostia por esa pila de amplis.

The blacklips.- En su línea. De los mejores grupos modernillos que he visto (los he visto un par de veces este año). Tocan bien y le ponen ganas. Bailé. Aunque también es cierto que a esas alturas del festival bailaba hasta en las letrinas.

VIERNES

Imelda May.- Digamos que el rockabilly que practica la irlandesa es de estudio y recuerda a Billie Holiday, salvando las distancias. Gran banda al servicio de su voz y un vestuario y un maquillaje estudiadísimos. Parecía salida de una película de los 50. El concierto me gustó aunque le faltó naturalidad. Aún así si la chica me pide que la lleve a Texas en bicicleta seguramente lo haga.

The Saints.- Me faltó algo. Y no me preguntéis el qué porque me pasé todo el concierto pensándolo e intentando reconocer las canciones. ¿Más actitud? Tal vez habría bastado con que Chris Bailey no hubiese salido con unos pantalones de raso de pijama y una camiseta de ir por casa. Démosle estilo al rock viejo.

Slash.- Me aburrí. Me perdí. Desde la lejanía pensé que ya había terminado. Vi el gorro de Slash y desde la distancia oí alguno de sus solos. Suficiente. Más que suficiente.

The Damned.- Punto de inflexión en el festival. Empezaba lo duro. Empezaba lo bueno. Rock macarra y actitud perfecta. Son muchos años ya, y estos no han parado de tocar y siguen sacando discos. El último So, Who´s Paranoid? en el 2008.




Los Damned hacían que algo en nuestro estómago empezara a palpitar y a regurgitar sustancias. Rock!

Kiss.- Dioses absolutos del rock y de lo hortera, pero de lo hortera molón, entiéndanme. Los incendios molan. Y Kiss provocaron la mayor explosión rockera que he visto nunca. Con la boca abierta y la sonrisa en la cara desde que salieron. Creo que fueron las dos únicas horas de todo el festival en las que no pensé en beber, en fumar, o en... bueno, ya me entienden. Absolutamente exagerados, maravillosamente orquestados, espectáculo puro. Plataformas con cañones de humo que se elevan, llamaradas y cohetes, tirolinas, sangre (de mentira), vuelos, toneladas de confeti, lluvia de fuego, rotura de guitarras. Si pueden verlos háganlo. Aunque a ustedes lo que les guste sea bailar samba o masticar regaliz con tabaco en los solares del barrio chino. Alucinantes.

Aquí os dejo lo que pude grabar con mi cámara:


Kiss Rock&Roll all night Final de concierto!

SÁBADO

Robert Gordon.- Quien no conozca su canción Rocabilly Boogie no será feliz nunca. Aquí os la dejo. Y que bailéis felices.



Bailé esta canción como un loco. Sin haber dormido ni comido en tres días, con el sol dándome en la cara como un mazo de fuego. Y fue la bomba. Y a lo hecho techo.

Bob Dylan.- Un mito de la música. Un icono de la historia del rock. Un agitador social y un profeta del cambio. Un defensor de la paz en tiempos de guerra. Un personaje que lleva 50 años dedicándose a la música, y va, y de repente, cuando apenas llevaba cuatro canciones, me da un apretón. Mucho tiempo sin dormir y sólo echándome al estómago migajas de maldad. Lo siento Bob.

Chris Isaak.- Comenzó a llover. Comencé a volar. Perdí la conciencia pero en el fondo de todo, tras esa nebulosa mágica, estaba él. Gran vestuario. Gran banda. Gran voz. Si este tío me cantara una canción al oído intentaría darle un beso, o por lo menos le haría el amor.

The Hives.- No he visto un solo concierto de The Hives que no me haya gustado. Son como la selección alemana de fútbol en Sudáfrica. Un rodillo perfecto. Potencia, actitud y punk rock del bueno, del que llevan haciendo toda la vida. Y del que siguen haciendo mejor que muchos grupos de ahora. El guitarra Nicholaus Arson es la bomba. Epilépticos.

Bad Religion.- Aunque fui fan hace ya muchos años no fui capaz de bailar una sola de sus canciones. Me aburrí. Y lo peor es que me hicieron sentir raro. Todo un viaje regresivo y sin contemplaciones a otra época. Como cuando como canelones de mi abuela.

Y esto es todo. El resumen podría haber sido mejor. Y podría haber visto más conciertos. Pero también es cierto que ahora mismo vosotros podríais estar abrazados a alguien, o ganando dinero.

Y no es así.

Sigilo Nipples

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